Hoy me dirijo al fracasado comandante del frente de “El Bachiller”, a uno de los peones del ajedrez mundial de Fidel Castro y actual presidente de un poder que, además de haber perdido la independencia con relación al Ejecutivo, también lo hizo con relación a una isla de la que un pueblo completo ha tratado de huir.
El ha propuesto un debate, quiere hablarnos sobre la ideología atrasada que en su cabeza se conserva como nueva, pero que solo esta así en su pensamiento porque el mundo a medida que va avanzando y evolucionando se va alejando del comunismo y de los extremos. Fernando Soto Rojas nos habla de las “torturas” de los gobiernos democráticos, pero guarda silencio cómplice frente al asesinato de civiles inocentes (humildes policías y soldados), además de fusilar o mandar a fusilar a varios de los chamos que se encontraban en su frente guerrillero en los años 60, por cualquier nimiedad.
Esto quiere decir que esta dispuesto a hacer lo que sea por el poder, hasta llegar a traicionar a personas con su misma ideología, pero que en un momento determinado vengan a ser un obstáculo para su ambiciones desmedidas. Vale la pena acotar que también es un vil mentiroso, no solo con nosotros sino también con sus propios aliados.
En un frente como el Bachiller que no tenía más de 20 personas pedía a Fidel Castro dinero para mantener 150 guerrilleros. Ya sabemos sus malas mañas, sus corruptelas y su afán de ser un violador permanente de los derechos humanos con el pretexto de que lo hace por el fin supremo de la revolución, la cual merece todos los sacrificios menos los que él debería hacer.
Estas son las características que tiene la cúpula del poder venezolano, que se ha dedicado a dañar los grandes logros de los gobiernos democráticos. En nuestro país es muy lamentable el estado en el que se encuentran las instituciones y cada día vamos de mal en peor. Mientras que Fernando Soto Rojas quiere hablar de marxismo y de supuestos maltratos de los gobiernos democráticos hacia su persona (¡claro esta! sin nombrar, por ejemplo, los inocentes que murieron en el tren de “El Encanto”). Mientras nuestros niños se desmayan cantando el himno nacional por desnutrición, mientras ellos quieren atacar a la oposición (queriendo lavar las manchas de sangre que tienen sus manos al borrarlas de nuestra “consciencia colectiva” como le llama Manuel Caballero a la historia de los pueblos) nuestros ciudadanos mueren a manos del hampa. Sin mencionar el sin fin de problemas que viven los venezolanos cada día. Esto demuestra la poca preocupación que tiene este gobierno por lo que verdaderamente le preocupa a la gente. Fernando Soto Rojas, ahora si me dirijo a ti y hago honor al titulo de mi artículo: Has sido un fracasado en la oposición. Siempre fuiste el vencido en tu juventud y le diste muy pocas cosas buenas al pueblo en tus aventuras en la montaña. Ese mismo pueblo que estaba en desacuerdo y no apoyaba tus locuras de adolescente malcriado y anarquista.
Esa misma sociedad es la que te condenará hoy. No quisiera ver más manchas en la historia que lleven tu nombre Fernando, así que en representación de las nuevas generaciones del pueblo venezolano te exijo que dejes de dañar nuestra historia, que de nuevo no quedes como el eterno perdedor que siempre has sido (y que eres por naturaleza) y te encargues de no decir lo que piensas porque todo lo que pasa por tu cabeza, inútil pupilo de Fidel Castro, es absurdo y digno de olvido.
Aquí termino de hablarle a la piltrafa comunista para dirigirme a mis amigos, compañeros y aliados de los sectores democráticos. Con lo que acaban de leer anteriormente no quiero caer en el juego y la táctica de Chávez de repartir irresponsabilidades, el primer culpable de la condición en que se encuentra nuestro país tiene nombre y apellido, Hugo Rafael Chávez Frías, pero muchas veces hay que recordar que está rodeado de otros funcionarios ineficientes, traumas vivientes de los fracasos guerrilleros de los años 69. En el 2012 caerá de manera democrática este gobierno que le ha hecho tanto daño a nuestro pueblo y vendrá un gobierno democrático que con las dificultades que representa reconstruirá Venezuela, para por fin poder vivir en paz.
